Blogia
Lost in Mongi

Aunque la mona se vista de seda...

Aunque la mona se vista de seda...

Hoy día, cuando se traslada a la gran pantalla un best seller legendario como Orgullo y prejuicio de Jane Austen, que ya ha sido revisado cientos y cientos de veces, cobra más importancia el nombre y apellidos de los actores que le pondrán cara que el propio texto adaptado. Hoy día, esas mismas adaptaciones, pueden acabar convirtiéndose en simples vehículos para las estrellas de turno, o en pruebas de fuego para demostrar que, más allá del éxito comercial, hay chicha. Y Lizzie Bennett, uno de los roles femeninos más importantes de la literatura, es un bombón que en las manos inadecuadas, se derrite fácilmente, llevándose con él media película.

Éste es exactamente el caso de Keira Knightley, actriz encumbrada al star system desde aquel encantador Quiero ser como Beckham. Y es que, a mi juicio -y creo que sólo a mi juicio, porque por mucho que rastree en busca de una crítica negativa todo el mundo parece estar embelesado por los encantos de la susodicha-, Keira tiene un problema. Por mucho que los vestidos, peinados, diálogos y personajes varíen, cuando una actriz recurre a las mismas muecas, las mismas miradas, los mismos recursos fáciles -pasando todos ellos por poner morritos y hacerse la interesante-, el espejismo se rompe y lo que vemos pasa de ser ficción a un teatrillo en el que los sentimientos no importan y cada gesto de la Lizzie Bennett de Keira Knightley pasa por un ’¿estaré saliendo guapa?’. Sólo cuando el orgullo de la propia Lizzie -sospechosamente parecida a la Jo de Mujercitas que, años atrás, interpretó Winona Ryder (los abrigos de hombre, el peinado)- empieza a disiparse al descubrir al verdadero Mark Darcy, Keira deja entrever que, con esfuerzo, puede conseguir que el espectador se identifique con su personaje, siempre que no le parezca demasiado tarde y pueda creer que, en el siglo XIX, las mujeres eran como escuálidas top models.

Sin embargo, Keira no ha tenido tan mala fortuna con el espléndido elenco que la rodea, empezando por su partenaire Mark Darcy, un Matthew Macfadyen que, con sólo una mirada, es capaz de definir toda la tragedia interior de su personaje. Lástima que Keira no haya podido heredar el talento interpretativo de sus padres en la ficción, Brenda Blethyn y Donald Sutherland, o incluso de esa gran Judi Dench capaz siempre de hacer inolvidable un escueto papel.

Se sustenta Orgullo y prejuicio en los actores, pero centrar nuestra atención en ellos no evita que percibamos la torpe dirección de Joe Wright, empeñado en mostrar más que sugerir, hasta límites exagerados: esos zooms o planos detalles de los síntomas del enamoramiento quitan la gracia y emoción de cazarlos al vuelo, con la elegancia del que los deja caer sin remarcarlos.

Aun así, Orgullo y prejuicio tiene su encanto, pero eso quizá no es mérito de la película, su director o su protagonista, sino nada más y nada menos que de Jane Austen.

11 comentarios

Caperucita Rusa -

Me parece estupendo que no veas películas que los críticos dan por buenas; yo tampoco lo he hecho nunca. Eso es lo importante, que cada uno tengamos nuestra opinión. Ésa es la vuestra, y ésta sobre Keira Knightley la mía.

Anónimo -

no sabeis distinguir lo bueno de lo malo, panda de envidiosos, nunca veo peliculas que los criticos dan por buenas, porque al final son una cagada. En nombre de un grupo de admiradoras dela keira indignadas.

alejandra -

creo que keira es una pesima actriz y siempre anda hablandooo de los besos es demaciado fresca

María -

No soporto a esta mujer. Es guapa, pero tampoco para tanto. El problema es que no actua, sólo posa. La primera crítica del blog dice algo que yo quería también expresar pero nunca lo había conseguido. Eso es, ¡exacto! Cada gesto de Lizzie Banett o cualquier personaje que interpreta la Knightley pasa por un ¿estaré saliendo guapa? Esa frase resume a la perfección su método interpretativo. La nominaron al oscar..... Cada vez tiene menos credibilidad el criterio de los oscar y cada vez más lo único que importa es la popularidad y la belleza. Yo también quisiera formar parte de ese club anti-Keira, ya por favor!!!!

Ellen -

Debo darte la razón. Todos los gestos y miradas, que hacen única a una persona, son de Keira y no de Lizzie.
¿Cómo se transmite,entonces, la personalidad de E.Bennett?
Fácil, no se transmite. A pesar de que conocerla seria maravilloso.

Caperucita Rusa -

Así me gusta. A este paso de aquí sale un Club Anti Keira :-D! Yo encantada de ser la presidenta, que conste!

Roberto -

Me sumo a la diatriba en contra de la Knightley, aunque yo solo opine como hombre..jejeje. Me parece muy normalita, y demasiado delgada.

saludos

Caperucita Rusa -

Pues a ambos comentarios, como crítico y como hombre, GRACIAS. ¡Cuánto tiempo esperando oír (en este caso leer) ambas cosas! Empezaba a encontrarlo preocupante. Ahora puedo respirar más tranquila ;-).

Tonio L Alarcón -

Permíteme decir que como crítico (en ciernes) y hombre (eso dicen), te doy la razón al afirmar que Keira Knightley es una actriz mediocre y te añadiría otra cosa: físicamente, tampoco es nada del otro mundo.

Caperucita Rusa -

Estoy totalmente de acuerdo contigo, que es lo que se espera de muchos actores. Por eso algunos aún se sorprenden al ver lo bien que estaba Jim Carrey en Olvídate de mí al romper con las expectativas. Pero lo que me preocupa es que, con todos los actores se identifican esas muecas y gestos, pero con Keira Knigthley NO. Y yo quiero saber por qué. Empiezo a plantearme el hecho de que la crítica y el cine en general es un mundo de hombres (eso no es lo que me planteo, eso es un hecho) y, más allá de la capacidad como actriz, se centran en el aspecto físico de la Knightley, cosa que aún entiendo menos (y me preocupa más), pero para gustos, colores. Pero es que es tan evidente ver lo falso de su interpretación que siento que debo estar loca y veo algo que los demás no perciben en absoluto. Espero que el tiempo me dé la razón...

Sonique -

'..Lizzie -sospechosamente parecida a la Jo de Mujercitas que, años atrás, interpretó Winona Ryder ...'

Gracias porque me estaba preguntando a quién narices se parecía.

Yo no he visto aún la película (ni sé si la veré en el cine), pero el día que lo haga, no dudes de que tendrás una crítica negativa (no profesional, pero sí muy sentida), de la 'amiga' Knightley.

Yo empiezo a pensar que las muecas y los gestos manidos gustan y son lo que se esperan de algunos actores. Lo que no comprendo es qué aportan a los personajes. Ha llegado un punto en el que da igual que se interprete a alguien del siglo XIX, que del XXV que a Eva en el paraíso. Muy triste.